Parte reptil del cerebro
Cerebro reptiliano en humanos
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El cerebro triuno es un modelo de la evolución del cerebro anterior y el comportamiento de los vertebrados, propuesto por el médico y neurocientífico estadounidense Paul D. MacLean en la década de 1960. El cerebro triuno está formado por el complejo reptiliano (ganglios basales), el complejo paleomamífero (sistema límbico) y el complejo neomamífero (neocórtex), considerados cada uno como consciente de forma independiente y como estructuras añadidas secuencialmente al cerebro anterior en el curso de la evolución. Los ganglios basales se encargan de nuestros instintos primarios, el sistema límbico de nuestras emociones y el neocórtex de los pensamientos objetivos o racionales.
Desde la década de 1970, en algunos círculos de la neurociencia evolutiva y del desarrollo, el concepto del cerebro triuno ha sido objeto de críticas[1] y se considera un mito[2]. Debido a su longevidad, la idea del cerebro triuno también ha sido calificada como "uno de los errores más exitosos y extendidos de toda la ciencia"[3]. "La teoría ha sido adoptada por algunos psiquiatras y al menos un destacado investigador en neurociencia afectiva[5].
El mito del cerebro reptiliano
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El cerebro triuno es un modelo de la evolución del cerebro anterior y el comportamiento de los vertebrados, propuesto por el médico y neurocientífico estadounidense Paul D. MacLean en la década de 1960. El cerebro triuno está formado por el complejo reptiliano (ganglios basales), el complejo paleomamífero (sistema límbico) y el complejo neomamífero (neocórtex), considerados cada uno como consciente de forma independiente y como estructuras añadidas secuencialmente al cerebro anterior en el curso de la evolución. Los ganglios basales se encargan de nuestros instintos primarios, el sistema límbico de nuestras emociones y el neocórtex de los pensamientos objetivos o racionales.
Desde la década de 1970, en algunos círculos de la neurociencia evolutiva y del desarrollo, el concepto del cerebro triuno ha sido objeto de críticas[1] y se considera un mito[2]. Debido a su longevidad, la idea del cerebro triuno también ha sido calificada como "uno de los errores más exitosos y extendidos de toda la ciencia"[3]. "La teoría ha sido adoptada por algunos psiquiatras y al menos un destacado investigador en neurociencia afectiva[5].
Cerebro de lagarto
Tiene la forma y el tamaño de una almendra, es casi tan antiguo como los dinosaurios, con cuyos cerebros reptiles guarda un parecido considerable. Cuando vuelves a casa a altas horas de la noche, te grita, te aterroriza mientras navegas en la oscuridad, dispuesto a saltar en cada esquina contra lo que sea o quien sea que se esconda allí. Vuelve a estar ahí cuando estás harto de tu pareja y de las toallas mojadas que ha dejado descuidadamente en el suelo, o cuando necesitas ese informe de la empresa pero tu ordenador se bloquea la noche anterior.
Por desgracia, las amígdalas gemelas, que se encuentran en el lóbulo temporal del cerebro, han llegado para quedarse, y tendrás que encontrar la forma de controlarlas cada vez que te encuentres a punto de tener un ataque de nervios, por grande o pequeño que sea. La buena noticia es que la amígdala no es sólo un "cerebro reptiliano"; de hecho, esa expresión no tiene por qué interpretarse como un insulto.
Este conjunto de órganos, que evolucionó hace unos 200 millones de años, lo compartimos con todos nuestros antepasados mamíferos y con todos los reptiles actuales. Su función principal es regular nuestra respuesta primitiva de lucha o huida, ya que evaluamos amenazas como lo que podríamos ver en ese callejón oscuro o si podemos asumir el gran liderazgo de ventas del mes que viene. Antiguamente se creía que desempeñaba un papel importante en los rituales de apareamiento y en las demostraciones de dominación, cuando los animales vigilaban su territorio. El dimorfismo sexual apoya esta teoría: machos y hembras muestran la mayor disparidad en el tamaño de la amígdala.
Cerebro trino
Mientras trabajaba en mi tesis de máster en Neuromarketing, tuve la oportunidad de leer varios artículos sobre el cerebro humano y su mágica estructura. Leyendo artículo tras artículo, me sorprendió lo interesante y complejo que es el cerebro humano.
Nuestro cerebro es capaz de recibir, interpretar y procesar miles de estímulos sensoriales simultáneamente. Recibe información a través de nuestros cinco sentidos: vista, olfato, tacto, gusto y oído. Controla casi todo en nuestro cuerpo y mente. Incluso determina cómo respondemos a situaciones de estrés regulando nuestro ritmo cardíaco y respiratorio.
El cerebro es la parte superior y más grande del encéfalo y está compuesto por los hemisferios derecho e izquierdo. El hemisferio derecho es responsable del control del lado izquierdo del cuerpo y es el lado más artístico y creativo del cerebro. Sin embargo, el hemisferio izquierdo es responsable del control del lado derecho del cuerpo, y es el lado más académico y lógico del cerebro.
El cerebro realiza funciones superiores como la interpretación del tacto, la visión y la audición, así como el habla. Es responsable del pensamiento, los juicios, la planificación, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la inteligencia, el razonamiento, el aprendizaje, la memoria, etc.