Desarrollo de un reptil
¿Cuál fue el primer reptil
IntroducciónLos mamíferos y el linaje común de aves y cocodrilianos (los arcosaurios) son los únicos vertebrados en los que el ventrículo cardíaco presenta una división anatómica completa de los lados sistémico y pulmonar. Tanto los mamíferos como las aves proceden de un ancestro similar a los lagartos (Fig. 1) y, aunque todos parecen estar de acuerdo en que los corazones divididos de mamíferos y aves evolucionaron de forma independiente a partir de corazones no divididos similares a los de los reptiles [1], [2] varias hipótesis contrapuestas tratan de identificar las estructuras primordiales del ventrículo de los reptiles que dieron lugar al estado avanzado de mamíferos y aves. Algunos estudios hacen hincapié en un tabique parcial del lado derecho denominado cresta muscular [1], [3], mientras que otros hacen hincapié en una trabeculación del lado izquierdo (el tabique vertical) debido a su proximidad a la válvula auriculoventricular [4]. La validez de estas hipótesis contrapuestas sigue siendo difícil de evaluar porque se sabe poco sobre el desarrollo embriológico del corazón de los reptiles.
Los escasos estudios embriológicos sobre el corazón de los reptiles contrastan con el gran número de estudios sobre el desarrollo cardiaco en peces, anfibios, aves y mamíferos [4], [11], [17], [18]. No obstante, la embriología del corazón de los reptiles sigue siendo fundamental para comprender la evolución cardiaca de los vertebrados [4], [12], [15], [19]-[23]. Por ejemplo, Greil [15] argumentó que el tracto de salida del miocardio contribuye al ventrículo derecho en reptiles, mamíferos y aves, y esto se ha verificado experimentalmente en múltiples ocasiones mediante la expresión génica, el destino celular y el rastreo de linajes [24]-[26]. Aquí describimos el crecimiento y los cambios morfológicos desde la formación temprana del tubo cardiaco hasta el corazón formado en la serpiente del maíz (Pantherophis guttatus guttatus) y en los anolis verde y pardo (Anolis carolinensis y A. sagrei). Recientemente se ha completado la secuenciación del genoma en el anole verde [27] y se está llevando a cabo en la serpiente del maíz [28], lo que previsiblemente facilitará en gran medida los estudios de expresión génica.
Desarrollo embrionario de los reptiles
La clase Reptilia es un grupo diverso de animales que abarca desde los lagartos más diminutos hasta las tortugas más grandes. Son primos evolutivos lejanos de las aves y se definen por algunas características únicas, como la fecundación interna de sus crías y las escamas que cubren al menos parte de su cuerpo (vía Britannica). Aparte de estos rasgos esenciales, los reptiles son increíblemente variables y sólo pueden clasificarse en unos pocos grandes grupos.
Existen cuatro grandes grupos -denominados "órdenes" en biología- de reptiles. Crocodilia incluye (lo ha adivinado) cocodrilos, así como caimanes, aligátores y ghariales. El orden Sphenodontia incluye las tuataras, una especie originaria de Nueva Zelanda estrechamente emparentada con los lagartos (que, junto con las serpientes, forman el orden Squamata). El cuarto y último orden de reptiles es Testudines, que incluye tortugas, galápagos y galápagos.
Parecen muchos. No se preocupe. Aunque cada orden de reptiles tiene sus propias características y trayectorias vitales, todos siguen el mismo ciclo vital básico. Aquí te lo explicamos todo para que te conviertas en un experto en reptiles en un abrir y cerrar de ojos.
Desarrollo del embrión de serpiente
ResumenSe sabe que la luz es un factor ambiental que afecta profundamente al desarrollo embrionario en algunos vertebrados ovíparos, pero tales efectos no se han estudiado en los reptiles. Hemos investigado la sensibilidad a la luz de los embriones de lagarto examinando el grosor y la transmitancia lumínica de las cáscaras de los huevos, así como el efecto de la luz en el desarrollo embrionario y los rasgos de las crías de cuatro especies de lagarto, el eslizón chino (Plestiodon chinensis), el lagarto herbívoro septentrional (Takydromus septentrionalis), la salamanquesa oriental (Hemidactylus bowringii) y la salamanquesa japonesa (Gekko japonicus). Las cáscaras de los huevos eran más finas y, por tanto, presentaban una mayor transmitancia luminosa en el eslizón chino que en las otras tres especies. La exposición a la luz durante la incubación aceleró significativamente el desarrollo embrionario en todas las especies, y una mayor intensidad luminosa dio lugar a un desarrollo embrionario más rápido. Curiosamente, la estimulación lumínica influyó negativamente en el tamaño de las crías y en su supervivencia en los eslizones, pero no tuvo ningún efecto en los lacértidos y los gecos. Esta discrepancia interespecífica no sólo está relacionada con las diferencias en el grosor y la transmisión de la luz de las cáscaras de huevo, sino que también podría reflejar las diferencias en los hábitos reproductivos de estas especies. Dada la diversidad de condiciones lumínicas a las que se enfrentan los embriones de reptiles durante su desarrollo, los estudios sobre la respuesta de los embriones de reptiles a la luz pueden ofrecer una oportunidad única para comprender los mecanismos de la sensibilidad embrionaria a la luz en los animales.
Primera era y periodo de los reptiles
ResumenEs una creencia común que los huevos de reptil no deben girarse después de la oviposición una vez que el embrión se ha adherido a la membrana interna de la cáscara, ya que podría matar a los embriones en desarrollo. En este trabajo se utilizaron 338 huevos de 32 puestas de la serpiente de agua Natrix maura para (1) describir detalladamente la disposición natural de las puestas, (2) evaluar experimentalmente los efectos del posicionamiento natural del embrión y (3) el volteo de los huevos sobre el metabolismo embrionario, el éxito de la eclosión y el fenotipo de las crías. Las puestas contenían, por término medio, un 59% de embriones situados en la parte superior, un 28% en la parte inferior y un 14% en un lateral del huevo. Las hembras de mayor tamaño ponían puestas más grandes con una mayor proporción de embriones situados en la parte superior. Los embriones situados en la parte superior mostraron mayores tasas metabólicas (frecuencia cardiaca), menor tiempo de incubación y produjeron serpientes más ligeras y cortas que los embriones situados en la parte inferior. El giro de los huevos no influyó significativamente en el desarrollo de los huevos, el éxito de la eclosión o los fenotipos de las crías. Sin embargo, la mortalidad post-nacimiento fue significativamente mayor en los embriones girados (37,5%) que en los no girados (4,5%), lo que apoya la creencia común de que los huevos no deben moverse de su posición natural.