Apareamiento de los reptiles

Señales de apareamiento de lagartijas
Algunos lagartos macho se agarran con la boca a la cabeza de una hembra hasta que ésta está dispuesta a dejar que se aparee con él. Pueden permanecer pegados así durante muchas horas, casi ajenos a su entorno. Además de evitar que ella huya para aparearse con otro macho, este comportamiento de cortejo probablemente le demuestra lo fuerte y adecuado que es él para aparearse.
Una mañana de marzo, Carola Bundy fotografió a estos dos machos de lagarto caimán mordiendo la cabeza de una hembra en el porche de su casa, en el condado de Los Ángeles. Por la tarde, el lagarto más pequeño de la izquierda había desaparecido y los otros dos se habían trasladado al camino de entrada.
Estos lagartos caimán del bosque se encontraron a principios de mayo en el condado de Placer. La foto de la derecha fue tomada al día siguiente de la foto de la izquierda. Habían sido vistos juntos durante 2 días, viajando de un lado a otro en una distancia de unos 30 pies.
En algunas especies de lagartos, los machos tienen colores más brillantes que las hembras que exhiben para ahuyentar a los machos rivales y atraer a las hembras. Estos colores suelen intensificarse durante la época de apareamiento. Hay muchas fotos de machos coloridos con sus colores adicionales de apareamiento Aquí sólo se mostrarán algunas.
Datos sobre el apareamiento de las lagartijas
Fuente de las fotos: BARRY SINERVONo todos los lagartos de una misma especie tienen el mismo aspecto ni se comportan igual, sobre todo a la hora de aparearse. Entre los lagartos de manchas laterales (Uta stansburiana), los machos cortejan a sus compañeras según el color de su garganta, o morfos: Los machos de garganta azul vigilan territorialmente a sus compañeras para tener una oportunidad de éxito reproductivo; los machos de garganta naranja invaden agresivamente el territorio de otros machos en busca de hembras; y los machos de garganta amarilla se cuelan en el territorio de otros machos, a menudo actuando ellos mismos como si fueran hembras.
Los científicos han supuesto durante mucho tiempo que estas tácticas deben equilibrarse entre sí para ser evolutivamente estables. Al fin y al cabo, si siempre ganara el enfoque de un tipo de lagarto, sólo se encontraría ese tipo en la siguiente generación. En el caso de las lagartijas laterales, el modelo que han utilizado los investigadores es el juego de piedra, papel o tijera. Igual que una piedra aplasta -y por tanto vence- a las tijeras en el juego, las lagartijas de garganta naranja superan a los machos menos agresivos de garganta azul; igual que las tijeras cortan el papel, las lagartijas protectoras de garganta azul ganan a los escurridizos machos de garganta amarilla; y como el papel cubre a la piedra, las lagartijas de garganta amarilla tienen éxito contra los machos errantes de garganta naranja (ver ilustración).
Ver a los lagartos apareándose es bueno o malo
La selección sexual en reptiles con escamas estudia cómo se manifiesta la selección sexual en serpientes y lagartos, que constituyen el orden Squamata de los reptiles. Cada una de las más de tres mil serpientes utiliza diferentes tácticas para conseguir pareja[1]. El combate ritual entre machos por las hembras con las que quieren aparearse incluye el "topping", un comportamiento exhibido por la mayoría de los vipéridos en el que un macho se enrosca alrededor de la parte anterior del cuerpo, verticalmente elevada, de su oponente y lo fuerza hacia abajo. Es habitual que se produzcan mordiscos en el cuello mientras las serpientes están entrelazadas[2].
En la especie serpiente rayada japonesa (Elaphe quadrivirgata), la competición implica que los machos mantengan el contacto corporal con su oponente y ejerzan presión empujándolo, rematándolo o entrelazándose para someterlo[2].
Los machos emplean diversas estrategias para atraer a las hembras al apareamiento. La población de culebras de collar (Thamnophis sirtalis) de Alberta, Canadá, hiberna durante la mayor parte del año y emerge a principios de mayo para copular y alimentarse. Se ha observado que las madrigueras comunales alcanzan poblaciones de miles de individuos, y las hembras suelen dispersarse rápidamente para evitar ser atacadas por una oleada de machos[3], por lo que los machos deben confiar en el rastreo basado en feromonas para localizar a las hembras. Cuando varios machos entran en contacto con una hembra, a menudo se produce competencia intrasexual. Las especies de serpientes que tienen una proporción de sexos mayoritariamente masculina suelen tener altos niveles de competencia entre machos[4].
Lagartos luchando o apareándose
Cuando oye la expresión "rituales de apareamiento", ¿qué le viene a la mente? Tal vez las grandes y vistosas plumas de un pavo real o un elaborado baile. Muchos rituales comunes se basan en señales visuales para atraer a la pareja, como los colores brillantes en las plumas o hacer todos los movimientos correctos.
Sin embargo, para muchas especies, durante la época de apareamiento puede ocurrir algo más de lo que parece a simple vista. Aunque las señales visuales son una forma habitual de comunicación entre los individuos de una especie, hay otros tipos de señales que también pueden desempeñar un papel importante.
Durante los periodos reproductivos, los animales suelen mostrar cambios en sus señales auditivas, visuales, conductuales y químicas. La señalización química, aunque no se conoce a fondo, puede ser especialmente importante para los lagartos.
En general, se cree que el componente lipídico de las secreciones transmite información cualitativa como el tamaño, la capacidad de lucha y la fuerza inmunitaria. Aunque aún no se conocen del todo, se cree que los componentes proteínicos transmiten información sobre la identidad.
Comunicarse con otros lagartos es especialmente importante durante la época de apareamiento, y los estudios han demostrado un aumento de la actividad de las glándulas durante este periodo. En el caso de los lagartos murales, la época de apareamiento va de abril a junio. Dado que tienen un periodo de apareamiento definido, los lagartos murales son una buena especie modelo para estudiar los cambios estacionales en sus secreciones.